Discurso | Instalación PEL 2017-2018

Noviembre 1, 2017

El día de hoy damos inicio al mayor proceso electoral en la historia de nuestro estado y nuestro país. Además de elegir la gubernatura y renovar el Congreso del estado, los veracruzanos también votaremos para elegir la presidencia de la República, tres senadurías y veinte diputaciones federales. 

Estas y muchas otras cifras han sido y continuarán siendo repetidas para resaltar la magnitud e importancia de estas elecciones. Sin embargo, considero que su verdadera relevancia no se encuentra en el tamaño o el número de cargos que están en juego, sino en la enorme deuda democrática que se mantiene con la sociedad mexicana.

Desde los lugares de toma de decisiones hemos concebido a la democracia como un simple mecanismo por el cual se transfiere el poder de manos de un grupo a otro. Esto resulta una gran injusticia para la gran mayoría de mexicanas y mexicanos que se encuentran fuera de estas esferas de poder. Yendo más allá de cuestiones de representación y participación, desde mi óptica los valores y principios democráticos todavía tienen que permear a todos los niveles de la sociedad en México.

No podemos hablar de sistemas democráticos cuando nos rehusamos a ejercerla en la familia, en las escuelas, en nuestras oficinas. La democracia debe comenzar desde la vida cotidiana, y por supuesto no debe terminar al depositar nuestro voto en una urna.

No obstante, debo reconocer que en los últimos años hemos avanzado en materia democrática. Más allá de la alternancia, comenzamos a ver a miles de personas organizándose para hacer política ciudadana. Lo vemos en las miles de personas que firmaron para impulsar la #Ley3de3, y en los colectivos que promovieron #SinVotoNoHayDinero

Día con día, la ciudadanía va ocupando más espacios y elevando el nivel de exigencia a sus servidores públicos. Creo que es necesario y correcto darle su lugar en lo público, nosotros que estamos por dentro de las instituciones tenemos el deber de abrirlas y ponerlas al servicio de las personas. 

En 2018 habrá gran un escrutinio sobre la autoridad electoral, sea esta el INE o el OPLE, los partidos y candidaturas, y el gobierno. Las y los ciudadanos esperan mínimos éticos en nuestro comportamiento y en el ejercicio de nuestras funciones, como lo son la transparencia, rendición de cuentas y anticorrupción.

Es por ello que quise realizar un ejercicio de consulta ciudadana para conocer a fondo los temas que más preocupan a las y los veracruzanos sobre las elecciones de 2018. Utilizando solamente Facebook y Tuiter, obtuvimos alrededor de 250 respuestas, las cuales agrupé en tres categorías. 

Aquellas dirigidas a nosotros como autoridad electoral, a las y los candidatos en estas elecciones, y finalmente al próximo gobierno y legislatura del estado. 

A continuación, me gustaría compartirles los resultados de este ejercicio.

Primero, preguntamos qué se espera de un consejero electoral. Uno de los temas más comentados fue la promoción del voto. Considero que esto tiene gran resonancia en Veracruz, ya que como sabemos que en las últimas 3 elecciones estatales la participación ciudadana no ha rebasado el 60%. 

Parte de nuestra labor como autoridad electoral debe ser la generación de estrategias de política pública para incrementar los niveles de participación, el cual debe contar con un fuerte contacto con la sociedad civil.

Igual de solicitado fue el tema de la transparencia y la rendición de cuentas, el cual contó con matices como lo son el conteo de los votos, los procedimientos de registro de candidaturas y el manejo de recursos públicos. 

En este sentido, creo que el llamado de la ciudadanía es claro, la autoridad electoral debe de actuar siempre dando la cara a la ciudadanía, con acciones en lo público y evitando la opacidad.

De esta manera podremos hacer valer el voto público. Varias respuestas mostraban preocupación sobre la seguridad del proceso y qué tanto garantiza que se haga respetar la elección de las y los ciudadanos. 

Estos cuestionamientos justamente reflejan la falta de confianza que existe en los procesos y autoridades electorales. Para poder elevar la calidad de nuestra democracia, es básico que los ciudadanos sepan que su voto va a contar.

Entre otros temas, hubo personas que preguntaron sobre cómo se capacitarán a las y los funcionarios de casilla, sobre la adopción de nuevas tecnologías que nos permitan modernizar la elección, y de formas de participar más allá del voto. 

Rescato que todas las respuestas contienen un espíritu común, el interés ciudadano en participar en la política de nuestro país, el cual debemos abrazar y promover.  

Para el segundo tema de nuestra consulta, preguntamos qué espera la ciudadanía de las y los candidatos en las Elecciones 2018.

Fue muy interesante ver que el primer lugar en esas respuestas era un reclamo por mayor civilidad entre los partidos políticos. Hubo llamados por menos ataques y más propuestas, pedidos a que busquen el bien común y no el personal, lo cual evidenció la demanda por campañas sustantivas, no superficiales.

Las respuestas también se enfocaron en la legalidad; principalmente pidiendo que los candidatos respeten los topes de gastos de campaña, que no hagan actos electorales fuera de los términos legales y, sobretodo, que respeten el resultado de la elección. 

Además, las y los ciudadanos exigen candidaturas que procuren la transparencia, rendición de cuentas y la austeridad. El manejo de los recursos de campaña ha sido un tema de discusión a nivel nacional, llendo desde el financiamiento hasta la fiscalización. Creo que lo cierto es que la sociedad considera excesivos los montos utilizados en campaña y en su financiamiento ordinario, especialmente en un país con tantas carencias como el nuestro. 

La última parte que me interesaba saber de la ciudadanía era las expectativas que ésta tuviera de quien vaya a gobernar nuestro estado.

La cuestión de la seguridad fue la más mencionada. Las y los veracruzanos conocemos bien la crisis de seguridad que por años ha afligido a nuestro estado. Para poder dar solución a ella, resulta necesario atender los problemas de raíz que fueron llevando con el transcurso de las décadas a la situación en la que nos encontramos hoy. 

En segundo lugar quedó la necesidad de procurar un pleno desarrollo humano para los habitantes del estado. Las respuestas citaron la importancia de respetar los derechos humanos, la igualdad de género, la inclusión de comunidades indígenas, al igual que servicios básicos ,como la salud y la educación. 

De la mano, varios mencionaron la importancia de la generación de empleo. Yo me pregunto, si en Veracruz pudiésemos garantizar una educación de calidad, un empleo digno y un ingreso justo ¿Contaríamos con los mismos niveles de violencia, injusticia y corrupción que tenemos hoy?

La cuestión de la corrupción en particular sigue siendo un pendiente, a nivel local se está configurando el Sistema Estatal Anticorrupción, y a nivel federal no sólo carecemos de un Fiscal General, sino también de un Fiscal Anticorrupción y, ahora, un Fiscal especializado para la atención de delitos electorales. 

Sin duda, los retos para el próximo gobierno y legislatura son significativos. Tanto a nivel federal como a nivel local, existen agendas similares, que quien gane las elecciones no podrá ignorar:
  • Comprometerse con la Anticorrupción;
  • Procurar el Desarrollo humano;
  • Mejorar condiciones económicas;
  • Garantizar derechos humanos;
  • Cuidar del Medio ambiente;
  • Reformar el sistema político-electoral y de justicia penal.
En materia electoral, requerimos que tanto legisladores como autoridades electorales nos comprometamos a la búsqueda de soluciones eficaces y eficientes que permitan la modernización e innovación tecnológica de las elecciones. 

Considero que como sociedad hemos dado unos primeros pasos para realmente transitar hacia esa democracia plena a la que aspiramos. Vivir en democracia no significa necesariamente tener un buen sistema electoral, u organizar varias elecciones, consultas populares o referendos. 

La democracia también trae consigo la protección de los derechos de las personas, ya que es justo y necesario proteger a aquellas minorías que se puedan ver desfavorecidas por decisiones mayoritarias.

La famosa “tiranía de la mayoría” es un concepto en ciencia política usado para demostrar lo endeble que puede resultar la formación de mayorías para alcanzar acuerdos. 

Es por ello que proteger ideales democráticos a veces implica ir en contra de la decisión mayoritaria. En política estamos conscientes de que a veces se opta por las negociaciones en lo oscuro, de los pactos opacos que permiten el atropello de los derechos de minorías. 

No obstante, considero que nuestro mecanismo más poderoso para combatir esto se encuentra en el uso de espacios públicos de debate y deliberación. 

Solamente ejerciendo nuestros derechos, alzando la voz y protegiendo principios democráticos podremos ofrecerle a la ciudadanía un servicio público que verdaderamente merece. 

Por mi parte, refrendo mi compromiso como consejero electoral y servidor público. Tengan completa certeza que seguiré pugnando por la imparcialidad del OPLE, que sus decisiones tengan un sustento técnico sólido, y que los votos se cuenten bien.
Minuto: 00:33:33

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