Voto concurrente | Observadores electorales


Noviembre 20, 2018 | Xalapa, Veracruz.
Voto concurrente en materia de regulación de la figura de observación electoral que presenta el consejero electoral Juan Manuel Vázquez Barajas respecto a la aprobación del informe de resultados relativo a la revisión del origen, monto y aplicación del financiamiento que obtuvieron las organizaciones de observadores electorales para el desarrollo de sus actividades en el proceso electoral concurrente 2017-2018 del Consejo General del Organismo Público Local Electoral del Estado de Veracruz.
I. Introducción
De conformidad con lo establecido en los artículos 1, 2, 99, 100, 101 fracción IX, inciso c), 102, 108, 110, del Código Electoral para el Estado de Veracruz, y 10 incisos c) y e), 33, base 7 del Reglamento de Sesiones del Consejo General del Organismo Público Local Electoral del Estado de Veracruz, planteo las siguientes consideraciones.
El 20 de noviembre de 2018, el Consejo General del Oplev, aprobó el informe de resultados relativo a la revisión del origen, monto y aplicación del financiamiento que obtuvieron las organizaciones de observadores electorales para el desarrollo de sus actividades en el proceso electoral concurrente 2017-2018, siendo el informe retomado para emitir una reflexión sobre la figura de observadores electorales.
Reiterando que el presente voto no pretende atentar contra la emisión del informe, sino aportar un enfoque técnico-crítico para el mejoramiento de la forma en que se conducen las actividades de observación electoral en nuestro país.
En ese sentido considero viable partir de la hipótesis de que la observación electoral en México y Veracruz ha descendido en cada proceso electoral por la falta de  confianza  de  la  ciudadanía  en  las  instituciones,  el  desconocimiento  de  la  figura  y  la  carencia  de  algún mecanismo  tecnológico  facilitador,  lo  que  ha  traído  una  disminución  en  la  legitimación  en  los  procesos  electorales.
En un segundo término me dispondré a analizar la importancia y sus implicaciones en el ánimo democrático de una elección, así como las cuatro áreas de oportunidad y de mejora para su implementación. Lo anterior con la firme convicción de generar propuestas que garanticen el cumplimiento de las expectativas de la ciudadanía en los procesos democráticos, sitúen a las instituciones electorales como entidades confiables, aminoren el desconocimiento generalizado de la observación electoral y se analice la viabilidad de implementar acciones que modernicen sus procesos.
II. Marco teórico conceptual
a.      Normatividad aplicable
Dentro de un primer análisis, encuentro importante asentar un breve compendio de documentos que protegen y garantizan a la ciudadanía el formar parte de una elección, federal o local, bajo la figura de observación electoral.
Los artículos 21 de la Declaración Universal de los Derechos Humano, 25 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y artículo 23 de la Convención Americana de los Derechos Humanos, reconocen el derecho de los ciudadanos a participar en los asuntos públicos. Ante esta premisa, es necesario reconocer la relevancia que adquieren los procesos electorales que involucran a la ciudadanía en general, en otras palabras, hoy en día las y los observadores electorales están llamados a controlar que la jornada electoral se desarrolle bajo el escrutinio público y su acompañamiento ciudadano.
A su vez conforme a lo señalado en el artículo 35, fracción tercera de nuestra Constitución, se menciona la prerrogativa indiscutible de las y los ciudadanos mexicanos de asociarse individual y libremente para tomar parte en forma pacífica en los asuntos políticos del país. Lo que en mi opinión abarca todos aquellos actos públicos que deseasen formar parte, siendo la observación electoral uno de ellos.

b.      Contraste de indicadores de participación
Ahora bien, conocemos del blindaje de derechos que otorgan ambos documentos citados, así como nuestra carta magna, lo que me permite afirmar que es imperante la búsqueda de oportunidades de mejora que abonen al impulso de la figura de observación electoral en México.
Por consiguiente, encuentro natural establecer un punto de partida como lo es el crear un contraste de niveles de participación de observación electoral de actores internacionales y la ciudadanía connacional. Como tal, tenemos el ejemplo del trabajo de observación internacional de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), par de organizaciones expertas en el tema, las cuales han participado en distintas ocasiones en misiones de observación de las elecciones en México.
Como se observa, encontramos una disminución en la participación de activistas con la encomienda de atestiguar los procesos electorales. De las elecciones federales de 2009 a la fecha, ha habido una reducción del 43% como se muestra en la gráfica.


Histórico de participación en observación electoral OEA
Fuente: Elaboración propia con base en reportes finales
de misiones de observación electoral OEA 2008-2018.
Por su parte, del lado connacional, las solicitudes de acreditaciones de observadores electorales de acuerdo a datos de la dirección de operación regional de la DEOE del Instituto, en los últimos cuatro procesos electorales federales vislumbran un pronóstico reservado, ya que tampoco apuntan a un interés generalizado de la ciudadanía mexicana por la participación bajo esta figura.

Solicitudes de observación electoral a nivel nacional

INE (2018) “Informe sobre el seguimiento al procedimiento
de acreditación de las y los observadores electorales”.
Al verificar la información sobre el registro de solicitudes que recibió el Instituto, se observa en las elecciones federales del 2011-2012 una aprobación del 71.9% de las solicitudes frente apenas un 72.20% y finalmente un 84.9% en el actual proceso electoral, donde en ambos casos se renovaron los cargos del poder ejecutivo y legislativo. Lo que en mi opinión denota que posiblemente este repunte se haya debido a la elección concurrente, pero que no deja atrás el desinterés y disminución en la cobertura y legitimación de las elecciones locales.
Pareciera que cada vez menos ciudadanía tiene los motivos suficientes para ejercer un derecho político electoral que se les confirió desde la LGIPE, donde se sitúan como los únicos con la capacidad de ejercer las actividades de observación electoral si así lo desean.
Así como lo dispuesto en la normatividad local para el estado de Veracruz, en su artículo 68, inciso e), donde se vierte la atribución de los OPL para facilitar la acreditación de la ciudadanía que presentase su intención de participar durante el proceso electoral como observadores electorales.

c.       Obligación como autoridades electorales
El deber contenido en la normatividad, garantiza una actuación intrínseca por parte de autoridades para el resguardo y máxime de todas las vías de participación ciudadanas, en materia de observación electoral, la propia de garantizar la existencia y motivación de la figura antes y durante procesos electorales.
Como observamos en gráficas anteriores, la observación electoral en México ha sufrido una decaída sin precedentes y es nuestro deber, como autoridades electorales, de actuar inminentemente para su resguardo. Nos encontramos ante una figura que desde sus orígenes se concibió como un mecanismo vital para garantizar la integridad de los procesos electorales y coadyuvar en la mejora de los niveles de confianza del electorado.
Lo trascendental de que existan personalidades meramente ciudadanas el día de la jonada electoral y en las distintas etapas de un proceso es el peso de legitimación que otorga dicho acompañamiento.
En el mismo sentido, este acompañamiento ciudadano también permite aportar numerosos beneficios a las autoridades administrativas de los países y demás participantes, pues se convierte en una oportunidad de aprendizaje y fomento del intercambio bidireccional de conocimiento sobre las prácticas electorales en campo.
En consecuencia, al ser partícipes de esta actividad la ciudadanía involucrada aprende del ámbito político-electoral, mientras que las autoridades, legitimamos y nos enriquecemos de información de primera mano.
III. Motivos y razones
a.      Es necesario revertir la falta de confianza y apatía por parte de la ciudadanía hacia el árbitro electoral.
Históricamente, hemos creado un sistema electoral basado en la desconfianza mutua, afirma el columnista Rolando Ramos en diario el Universal. Una continua creación de mecanismos de blindaje que han caracterizado los procesos electorales desde el siglo XXI, tomando como ejemplo la creación de diversas herramientas como el Conteo Rápido y el Programa de Resultados Preliminares, nos damos una idea de los sistemas que las autoridades electorales han tenido que realizar para abonar a la confianza de los resultados por parte del electorado.
En otro contexto, en el último informe de Latinobarómetro 2017 encontramos un panorama desalentador para la democracia. De acuerdo a encuestas, el apoyo a la democracia en México se contrae en un 10% menos que en 2016, llegando a 38% en 2017, lo que significa una disminución muy significativa entre estos dos años.
Apoyo a la democracia por año en México
Años
2010
2011
2013
2015
2016
2017
Diferencia
México
49
40
37
48
48
38
-10
Latinobarómetro (2017) “Informe Latinobarómetro”
Me parece interesante decir que después de los resultados del proceso electoral concurrente 2017-2018, un poco de esta confianza en las instituciones se ha restablecido y que dejamos atrás esta democracia acartonada. Sin embargo, considero que el problema va más allá de entregar resultados electorales firmes, la creación de políticas públicas donde el acercamiento con la ciudadanía predomine es el primero de muchos pasos que seguramente desencadenarán la construcción de confianza hacia las instituciones, no sólo en el ámbito electoral.

b.      Las autoridades electorales deben aminorar el desconocimiento generalizado de la figura de observación electoral en México.
En principio las autoridades electorales, como he mencionado, se encuentran obligadas normativamente al cumplimiento de la actividad de observación electoral y año con año estas son llevadas a cabo. No obstante, creo oportuno señalar hasta qué punto se desea cumplir con este objetivo cabalmente.
Conocemos las problemáticas que enfrentan las misiones de observación electoral, como la carencia de presupuesto y la complejidad de movilizarse bajo las condiciones geográficas complejas de nuestro país. Entonces, qué hacemos como agentes responsables para contrarrestar estas deficiencias y motivar a la ciudadanía para su participación.
En mi opinión la emisión de una convocatoria pública en el diario oficial de la federación, la creación de carteles y su difusión en redes sociales donde probablemente, más del 60% del contenido es observado por colaboradores y servidores internos, no repercute directamente en el flujo de información o la construcción de una ciudadanía informada.
Estamos frente a un problema que abarca a todas las instituciones de gobierno, por dar un ejemplo, en un país con más de 89 millones 123 mil 355 ciudadanas y ciudadanos inscritos en la lista nominal para las elecciones del 1 de julio, contamos con estrategias de comunicación que impactan, tan sólo a 782 mil usuarios para el caso @INEMexico, cuenta oficial de Twitter del Instituto. Redes sociales donde la popularidad no va más allá del 0.87% del probable universo que se correlaciona con los requisitos de observación electoral, al contar que para la creación de una cuenta y la participación dentro de la figura es necesario el consentir tener una mayoría de edad.
No me parece viable que sigamos optando por métodos de transmisión de bajo impacto social para la difusión y motivación de un ejercicio donde se instalaron más de 156 mil casillas en todo el país para recibir los votos de la ciudadanía mexicana.
En consecuencia, la inexploración de áreas de oportunidad para llegar al público que nos ocupa, han permitido que exista un desconocimiento generalizado, de los requerimientos para formar parte de la observación electoral, la exaltación de su importancia y los beneficios que conlleva su realización en los resultados electorales de un proceso.
c.       Se requiere garantizar la funcionalidad y practicidad del ejercicio de observación mediante la adopción de mecanismos para su actualización.
En un otro vistazo a la problemática que se enfrenta la figura de observación electoral en México, encuentro necesario precisar sobre lo obsoleta que se ha vuelto en un mundo globalizado. Una problemática que se extiende desde sus cimientos ya que, desde un comienzo, nunca han existido mecanismos para que la ciudadanía desempeñe esta función con mayor practicidad.
Aunque las tareas de observación electoral van respaldadas por un curso intensivo sobre los derechos y obligaciones de la figura, éstas se caracterizan por una completa carencia de herramientas para la ejecución de estas tareas.
En mi experiencia en el ámbito, he sido partícipe de diversas misiones de esta índole en el estado de Chiapas y la CDMX, de 1994 a 2000. De forma que he tenido conocimiento de primera mano sobre la carencia de medios físicos que den apoyo en la elaboración de los reportes y tareas de observación electoral. Este desprovisto podrá significar en mayor o menor medida un factor en la baja participación de dicho ejercicio que no por ello deja de presentarse como un detrimento al deseo de la ciudadanía de formar parte de una misión.
Considero que podríamos retomar algunas lecciones de otras disciplinas como la mercadotecnia, este mundo tiene claro que el producto o servicio no será su mejor versión si no le acompaña una percepción todavía mejor ante la mente ciudadana. La ley de la percepción refleja la particularidad humana de aceptar una opinión colectiva, así bien, si “todo el mundo sabe que es muy sencillo y práctico participar de la observación electoral” así será.
En base a lo anterior, la adopción de mecanismos que complementen y feliciten realizar las actividades de observación surge como un punto de partida con el potencial de marcar la diferencia en el aumento de solicitudes de acreditación en los procesos electorales de México.

d.      La participación de la ciudadanía debe concebirse como una auténtica forma de legitimar los procesos electorales y sus instituciones.
Actualmente la figura de observación electoral en México enfrenta otro problema de fondo, su participación no ha logrado establecerse como un eje central en la calificación de elecciones.
Las personas participantes desconocen, sin elegirlo, la importancia que conlleva su tarea y esto a su vez desencadena reacciones de apatía y rechazo hacia la figura.
Una elección se enaltece no sólo por la participación en las urnas, es un trabajo conjunto que involucra la observación para la acreditación del correcto desempeño de una casilla electoral. Así pues, los informes generados sirven a instituciones y gobierno para dar cuenta de la validez y legitimidad de un resultado.
De acuerdo al informe final de la OEA 2018, la misión compuesta por 65 visitantes de diferentes nacionales de las Américas y Europa dieron cuenta de las distintas etapas del proceso electoral teniendo un contraste significativo con la participación durante 2009, donde se registraron más de 150 activistas, siendo esta la primera ocasión en la que se observaba una elección presidencial en el país.
Dentro de sus comentarios destacan, que la elección se desarrolló de forma normal y en un ambiente cívico, teniendo visitantes extranjeros de la OEA desplegados por todos los estados mexicanos, cubriendo un alto porcentaje de las mesas de votación. A pesar de la relativamente baja participación, que de todas formas superó levemente los niveles de participación de las elecciones de medio tiempo, los mexicanos mediante su voto eligieron a sus nuevos diputados y fortalecieron su democracia y sistema electoral.
Ante ello observo que dicha participación reafirmó los resultados obtenidos en las urnas y de cierta manera, abonó a la tranquilidad y confianza del electorado en sus resultados. En contraste con los resultados de este proceso electoral, donde destacan algunas consideraciones en contra de la violencia política y social, género, entre otras.
Por ello resulta importante que empecemos a concebir las acciones ciudadanas como un engrane dentro de la democracia. Este tipo de ejemplos deben ser replicados para que una elección pueda ser legitimada por diversos actores de la sociedad, organizaciones, tribunales electorales, gobierno y ciudadanía trabajando en conjunto para la definición de resultados asertivos tras la contienda electoral y que a su vez sirvan como medios para la implementación de acciones correctivas.
IV. Alternativas de solución
a.      Implementar una estrategia conjunta INE-OPL para atraer más participación ciudadana.
Como parte de las actividades de preparación del proceso electoral 2017-2018, las juntas locales y distritales del Instituto a nivel nacional, realizaron diversas actividades para la promoción de la participación de la ciudadanía en la observación electoral.
A partir del inicio del proceso y hasta el 16 de junio del 2018, se llevaron a cabo un total de 18 mil 20 esfuerzos de promoción, a manera de ilustración, la tabla visibiliza que la distribución de carteles en la vía pública fue el formato más utilizado, con más de 8 mil acciones, seguida de 3 mil 765 para la publicación de la convocatoria.
Por otra parte, las acciones menos priorizadas por la autoridad electoral fueron aquellas que involucraban el uso de medios tradicionales de gran cobertura nacional, en televisión 263 y radio local 634, y que inclusive, los colocaban por debajo del uso de redes sociales 776. 
Distribución de número de acciones de promoción de la
 figura de observación electoral a nivel nacional 2017-2018
Acciones
Total
Porcentaje
Cartel
8,780
48.72%
Publicación de Convocatoria
3,765
20.89%
Volanteo
1,228
6.81%
Oficio de Invitación
804
4.46%
Redes Sociales
776
4.31%
Radio Local
634
3.52%
Correo Electrónico
586
3.25%
Contacto Personal
297
1.65%
Televisión
263
1.46%
Boletín de prensa
263
1.46%
Otros*
624
3.46%
Total
18,020
100%
*Pláticas de sensibilización, internet, perifoneo, colocación de stands, conferencias, invitación telefónica, página web, colocación de mantas.
INE (2018) “Informe sobre el seguimiento al procedimiento
de acreditación de las y los observadores electorales”.
De tal forma que en primera instancia, menos personas tuvieron la oportunidad de sensibilizarse con los trabajos de observación electoral y por consiguiente participar de dicha actividad. Considero que en base al gran avance tecnológico, y mediático que poseen las instituciones administrativas electorales es viable y factible destinar recursos para el mejoramiento de la calidad de nuestros mensajes y sus canales de transmisión a la ciudadanía.
En el momento procesal que se encuentra México, considero nos encontramos en el tiempo oportuno de crear alianzas estratégicas con organizaciones y entidades de gobierno que participen de la tarea de construcción de ciudadanía, ya sea con la difusión de mensajes, publicación de contenidos ciudadanos, capacitación a la ciudadanía o establecimiento de redes de personas realmente interesadas en participar.
Las redes sociales han probado ser herramientas muy poderosas para llegar a más personas en todo el mundo, sin embargo, debemos tener en cuenta que un 96% de los encuestados por el Instituto Federal de las Telecomunicaciones en 2016 respondió a favor de la televisión, como medio predilecto para ver contenidos audiovisuales en México.

Preferencias de medios audiovisuales en México
Instituto Federal de Telecomunicaciones (2016) “Encuesta
de consumo de medios audiovisuales en México”.

Por consiguiente, el uso de los medios de comunicación tradicionales por las autoridades electorales deberá continuar en el sentido de adaptarse a los criterios de contenidos audiovisuales con lenguaje ciudadano, eficaces y eficientes, como nos pide la sociedad actual, sin dejar de lado la comunicación digital. Haciendo que cada vez más jóvenes, y por qué no adultos, atestigüen el ejercicio de la democracia de manera directa.

b.      Se debe analizar la viabilidad de implementar mecanismos tecnológicos que modernicen la figura.
Las y los interesados en participar de la observación electoral, necesitan una garantía de que su trabajo será facilitado y resguardado de alguna manera, la primera interrogante que surge es si los ejercicios de observación en México cumplen con ciertos criterios que los vuelven atractivos a la ciudadanía. Lo cierto es que desgraciadamente no ha sido así, en muchos casos la falta de herramientas no promueve las condiciones necesarias para su ejercicio.
Actualmente el formato utilizado por activistas es de papel, algo que no sólo contamina al medio ambiente, sino que permite que mucha información producto de la observación se pierda. En una elección concurrente como el pasado 1 de julio donde se instalaron 5 casillas, 3 para la elección federal y 2 locales, la acción de realizar un compendio de anotaciones de manera escrita al momento y posterior de la elección resulta una tarea exhaustiva para las personas.
En ese tenor, es de mi consideración que tendríamos que pugnar por la creación de una aplicación que facilite, oriente y guie estos procesos pues las autoridades están llamadas a garantizar las condiciones necesarias para el buen desempeño las actividades de observación electoral.
En otras palabras, debemos pugnar por mecanismos para crear las condiciones idóneas de logística y operatividad para su ejecución en las casillas. Como mencionaba, la creación de una aplicación disponible en las tiendas virtuales como Google Play y App Store surge como uno de ellos.
Considero finalmente que resaltar virtudes que permitan únicamente el acceso a las personas acreditadas, requerimientos de poco almacenaje, inclusión de información relevante como consideraciones generales a observar y normatividad aplicable para la defensa, seguramente brindarán mayor certeza a la ciudadanía de su efectividad y trascendencia durante el ejercicio.

c.       La observación electoral debe convertirse en un eje fundamental para la calificación de las elecciones.
Las elecciones y la observación electoral son ejercicios que nos pertenecen a todas y todos, sin embargo, muy pocas personas han destinado su tiempo para la ocupación de estos deberes ciudadanos.
Sabemos que existe una estrategia de cultura cívica propuesta por el Instituto, pero también existe la necesidad de redoblar esfuerzos en su aplicación y extensión territorial. En base a ello, considero oportuno reforzar este mecanismo, sin dejar de lado la importancia de explorar más vías de acercamiento con la ciudadanía que transmitan el mensaje.
Desarrollar una ciudadanía que se apropie y ejerza de manera responsable sus derechos, contribuya e incida en la discusión pública y cree contactos de exigencia a los poderes públicos son y seguirán siendo la meta si no empezamos a construir desde los cimientos de nuestra juventud.
Instituciones electorales y de gobierno deben trabajar en conjunto para dar a la ciudadanía una educación que apuntale el sentido de pertenencia, respeto y tolerancia de las decisiones públicas resultado de una elección. De manera que, despierten el sentido de participación a temprana edad por la vida pública, el ejercicio del voto y la observación electoral como mecanismo de atestiguar el rumbo del país.
En el último informe de observación electoral realizado por la OEA, la misión constituida por 65 expertos y activistas en 2018, realizó un análisis sustantivo en aspectos clave del proceso electoral. Permitió conocer de cuestiones logísticas y operativas que otra manera no tendrían un punto de partida para su análisis y discusión en la mesa.
Las misiones de observación electoral de cualquier origen aceleran el proceso de transmisión de información a las entidades responsables y habilitadas para la realización de adecuaciones en nuestro sistema electoral mexicano.
IV. Conclusiones
Los próximos retos de las autoridades electorales seguramente tendrán que ver con la creación de una forma en la que se puedan generar condiciones idóneas para realizar la observación electoral en México y cuenten con los elementos necesarios para su efectividad.
Creo que en términos de confianza, desde el momento en que la ciudadanía sea parte de esta actividad cívica vamos a generar un cambio cultural desde esas condiciones. Considero factible dar un paso más hacia la integración de la ciudadanía en lo público, retomar la vía de despertar el interés por las actividades de observación electoral de manera que no se tengan más excusas para su participación.
La observación electoral debe verse como una forma de legitimar el ejercicio del gobierno que brinde paz y tranquilidad a la ciudadanía mexicana y otorgue a los nuevos gobiernos un panorama de legalidad de su entrada al poder.
Finalmente, para el tema de construcción de ciudadanía es una oportunidad para buscar que las y los mexicanos tengamos mejor acceso a la información que nos permita ser corresponsables en la reconstrucción del tejido social democrático
Queremos arriesgarnos para que en México haya una democracia. Siempre culpamos al gobierno pero la ciudadanía no se atreve a defenderla, hay que hacer conciencia ciudadana, afirma un observador electoral anónimo en Tampico.

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